(por Calithea Kamico – EDA Publisher)
A veces creemos que lo más difícil de sanar es lo que otros nos hicieron.
Y sí, duele lo que dijeron, lo que callaron, lo que nos hicieron sentir.
Pero hay una herida más profunda.
Una que no se nota a simple vista, pero que pesa todos los días.
Es esa voz interna que nos repite que no somos suficientes.
La que no perdona nuestros errores.
La que nos llama “tontos”, “torpes”, “insuficientes”...
La que nunca se detiene, ni siquiera cuando más la necesitamos.
Y lo más duro es que muchas veces, esa voz es nuestra.
Nadie nos enseñó a hablarnos bonito.
Solo nos dijeron que había que ser amables con los demás.
Pero...
¿quién nos enseñó a ser amables con nosotros mismos?
🌿 Hoy quiero recordártelo:
No todo lo que piensas de ti es verdad.
Especialmente cuando esa voz solo sabe señalar tus fallas.
Tú no naciste para ser tu propio enemigo.
Haz las paces contigo.
Respira.
Ámate con intención.
Y si no sabes cómo empezar, empieza con esto:
☕ Siéntate con una tacita de café y abre esa guía que descargaste.
No es perfecta, pero está escrita para ti.
Porque mereces sanar.
Porque mereces volver a ti.
Add comment
Comments